CASO MATUTE

jueves

El Blindaje de Betanzo

Denuncia Pública 

1-Abogado Familia Matute (Fernando Saenger)
2- Policías Locales (Asociación Ilícita)
3-Abogado Defensor Marcelo Torres (Socio hijo de la jueza)
4-Magistrado Flora Sepúlveda

Fundamentos

1. La Mañana del sábado 20 de noviembre de 1999 (10:30 AM) a pocas horas desde que fue visto por última vez Jorge Matute Johns en la discoteque la Cucaracha. Local nocturno que funcionaba en completa ilegalidad. Su dueño Bruno Betanzo se comunica telefónicamente con el abogado Fernando Saenger Giannoni. Quien es el abogado de la familia de su ex esposa.

2. La jueza Flora Sepúlveda quien se apropia del caso Matute sin goce de jurisdicción, reconoce haber visitado la casa de veraneo, propiedad de los padres de Betanzo, ubicada en el sector los lleuques (termas de Chillan).

3. Representa la defensa de Bruno Betanzo uno, sino el abogado penalista más caro de la plaza penquista (Betanzo, tenía juicios por arriendo impago del local) quien es socio de uno de los hijos abogados de la Jueza Flora Sepúlveda.

4. Varios son los nexos entre Betanzo y algunos policías locales de alto rango, que nunca merecieron serlo. La noche en que desapareció Matute habían en su local policías de ambas instituciones quienes tenían free pass. Lo cual se encuentra acreditado en el proceso. Pero para demostrar sus nexos incluso después de la fatídica noche en que desapareció Matute, se procede en la presentación del siguiente hecho como medio probatorio irrefutable.

*** Luego de 5 años y al encontrarse casualmente los restos de Jorge Matute Johns, Bruno Betanzo fue detenido indocumentado por gendarmes Argentinos y devuelto a Chile. Policías Chilenos le bajaron el perfil a la situación, nunca hubo investigación y la excusa de Betanzo fue que se le había pinchado la rueda de una bicicleta. (¡a lugar!)

PRUEBA IRREFUTABLE

Extracto libro “Enfermos de Cobardía” escrito por el Mayor Andrés Ovalle:

“…Cuando aún no terminaba el verano de 2001, en un patrullaje rutinario, personal de la Subcomisaría San Pedro, sorprendió a un individuo que tenía detenido su vehículo frente a una de las Gigantografías con el retrato del joven desaparecido, puestas en puntos claves de la ciudad de Concepción, por la familia del mismo. El individuo se encontraba destruyéndola, acción por la cual el personal policial intervino, solicitándole su documentación. En los momentos que chequeaban sus antecedentes, el sujeto sorpresivamente se dio a la fuga en el vehículo con una mujer sentada a su lado que lo acompañaba. Fue tal la sorpresa del personal de servicio, que al parecer no atinaron a seguirlo ya que en todo caso el individuo era conocido. Su documentación, en las manos de quien lo fiscalizó, permitía la identificación. El prófugo era ni más ni menos que el dueño de la Discoteque “La Cucaracha” y su conviviente. Como se sabía el domicilio de éste, los funcionarios policiales fueron hasta allá, pero no los encontraron...”

“…Con posterioridad y extrañamente, desde Concepción me faxearon otro Mensaje Oficial. Pero este último se diferenciaba ostensiblemente del primero; señalaba que en el lugar donde había ocurrido todo, sólo se habían encontrado los documentos del ex dueño de la Discoteque, pero no así de que éste hubiese sido controlado…”

“…Por la amistad que me unía al Comisario que intervenía en este procedimiento, lo llamé telefónicamente, hablamos, le manifesté la inconveniencia de lo que estaba haciendo, ya que a todas luces se percibía que de alguna forma se estaba alterando el procedimiento real. Supuse que el Comisario tenía algún grado de temor, porque la persona que había causado el daño a la gigantografía se había dado a la fuga y no había sido detenido. El un tanto angustiado, me dijo:

-Andrés, ¿pero qué es lo que voy a hacer?
-Mi Mayor, lo único que tiene que hacer, es decir la verdad, no hay reparo en lo que ocurrió, yo no veo la gravedad del procedimiento, si además ya se dieron las cuentas al Tribunal y al Mando Institucional -le respondí-.
-Es que ahí es donde está el problema, yo ya mandé el Mensaje a Santiago y ¿Cómo lo voy arreglar? Me preguntó.
-Mi Mayor no se haga problema, lo único que tiene que hacer, es una ampliación al primer Mensaje con otro nuevo, rectificándolo. Es tan simple como eso…”

“…Lo que yo no sabia, era que el Mayor había ordenado también rehacer el Libro de Población, ese documento oficial en donde queda registrado todo lo realizado durante los servicios en la calle. Este acto fue realizado, con el objeto de obviar la constancia del Suboficial de servicio que intervino en el procedimiento, quien naturalmente no calló y denunció la irregularidad…”

“…Lo que vino después, es lo de siempre. Todos citados a la Jefatura de Zona, preguntas a unos y otros por parte del General. Al final el Mayor,…llamado a retiro y a disposición de la Fiscalía Militar por Incumplimiento de Deberes Militares. No hubo necesidad de iniciar una investigación…”

“…El no fue detenido. Cuando mucho en varias oportunidades se le tomó declaración y fue sometido a careos y nada más. Eso, al inicio del Proceso, después nada. No fue privado de libertad. No vivió el trauma que ello significa. Nunca fue incomunicado. No sufrió las consecuencias psicológicas que estas medidas judiciales a veces generan. Tampoco su vida se vio alterada en forma trascendente a raíz del Proceso llevado a efecto por la desaparición del joven. Entonces… ¿Qué es lo que pretendió con esta acción?...”



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